Nuestra Historia

Corría el año 1958. Los Misioneros de San José estaban entonces en la población de Santa María del Río, S.L.P., atendiendo un colegio de primaria titulado José María Vilaseca. En la Diócesis Potosina fungía como Administrador Apostólico el Señor Obispo D. Jesús Alba Palacios, el cual había autorizado la fundación Josefina el 23 de Agosto del mismo año.

 El mismo Señor Obispo proporcionó su apoyo a fin de establecer un colegio en la ciudad capital. Se refirió especialmente a la población universitaria, necesitaba con urgencia formación y orientación cristiana para la vida.

Por diversos motivos,  los Josefinos solo tenían entonces otros dos colegios en la República Mexicana: en la ciudad de México el Instituto Juventud y en Minatitlán, Veracruz el Instituto Pedro Castillo. Se presentaba ahora la oportunidad de extender su radio de acción a otro lugar, y en una diócesis con la que se sentían ligados y profundamente agradecidos por haberles abierto las puertas en tiempos difíciles para la Iglesia en México, cuando en 1934 el Seminario Menor Josefino fue clausurado y los alumnos se trasladaron a esta ciudad, en donde iniciaron felizmente el curso escolar de 1935.

 ¿Por qué el Colegio Manuel José Othón'?

Las hermanas Josefinas de México, fundadas por el P. José María Vilaseca, hacía mucho tiempo que tenían a su cargo el Colegio México en la ciudad de San Luis Potosí, así como una escuela para niñas pobres, un asilo y una casa cuna. Ellas fueron el instrumento que abrió el camino y en ellas encontraron los Misioneros Josefinos el apoyo espiritual y material que necesitaban para llevar a cabo sus planes.

Cierto día que los Misioneros platicaban con las Hermanas Josefinas Concepción Cardoso y Socorro Ochoa sobre la decisión que habían tomado  de formar parte en la labor educativa potosina, ellas les dijeron que había en la ciudad capital un colegio para varones,  pequeño pero con buena fama, cuya directora la Srita. Socorro Blanc Ruiz, deseaba traspasarlo a una comunidad religiosa educadora. Se trataba precisamente del colegio Manuel José Othón que entonces prestaba sus servicios en el edificio marcado con el No. 123 de la calle Damián Carmona. Era una obra modesta: edificio antiguo, aulas reducidas, patios pequeños, muebles usados y deteriorados y  poco alumnado, pero contaba con la debida incorporación, la primaria a la federación y la secundaria al estado.

 Con las debidas licencias.

Como antecedente, vale la pena tener presente que los Misioneros Josefinos habían establecido anteriormente en la diócesis de San Luis Potosí las siguientes obras:

A) El Estudiantado Menor Josefino en el año de 1935. En 1941 los superiores mayores decidieron trasladar éste a la población de Santa María del Río alegando motivos económicos e higiénicos,  lo cual se realizó con las debidas licencias en el mes de enero de 1941 donde permaneció hasta el año de 1947.

B) El Noviciado Josefino en el año de 1941, donde permaneció hasta julio de 1943, de donde fue trasladado también a Santa María del Río. Finalmente, con el traslado posterior del Noviciado a San Juan del Río, Qro., y del Estudiantado Menor a Chimalhuacán, México, se puede decir que en  el año de 1947 terminó una etapa de la presencia de la Congregación  Josefina en la diócesis de San Luis Potosí.

C) En el  año de 1956 regresaron a Santa María del Río con el establecimiento del colegio Vilaseca para Primaria y del Filosofado, cuando éste fue separado del Teologado en 1957.

Por estos antecedentes se comprende  por qué los Josefinos eran ampliamente conocidos y apreciados en la Diócesis Potosina. 

 Permiso del Superior Religioso.

Una vez que el P. Eduardo Cardona Rodríguez, Superior General en el periodo de 1956 a 1962, el día 7 de noviembre de 1958 decretó la fundación de una nueva residencia  para la atención de esta obra Josefina  y nombró como encargados  de la misma a los sacerdotes Carlos Carrillo Ojeda y Ambrosio García Moreno.

 Permiso del Obispo Diocesano.

El Excmo. Sr. Luis Cabrera concedió el debido permiso para la fundación de esta nueva residencia  Josefina con un Decreto firmado el 28 de noviembre de 1958.

 

Inicio Sencillo.

Los Misioneros Josefinos comenzaron  la labor educadora en la ciudad de San Luis Potosí prácticamente en el colegio Manuel José Othón, con el curso escolar del año de 1959. Los josefinos designados por el padre General para iniciar la obra fueron los sacerdotes Carlos Carrillo Ojeda y Ambrosio García Moreno, y los hermanos estudiantes Roberto Mancilla, Arturo García, Antonio Huerta y Rogelio Ledesma.

El curso de 1959 comenzó el primer lunes de febrero,  solo para varones como entonces se acostumbraba.  Se inició con 240 alumnos: 19 de jardín de niños, 169 de primaria y 52 de secundaria.

Se puede afirmar que el colegio mejoraba año con año, tanto en número de alumnos como en la calidad de la educación. En el transcurso de cuatro años llegaron a prestar su cooperación nuevos elementos de la Congregación Josefina. Los sacerdotes  Martín del Campo, Pedro Medina, Francisco Madrigal, Manuel Robledo, Arturo Esquivel y otros dejaron gratos recuerdos entre alumnos y padres de familia. Durante el curso de 1960 el número de alumnos subió a 241, y el año siguiente casi al doble: 460.

Para el curso escolar de 1962 se estableció la preparatoria del Manuel José Othón, que se incorporó a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y para lo cual fue necesario trasladar, tanto ésta como la Secundaria, a la casa ubicada en la Av. Venustiano Carranza No. 1190. En la planeación y ejecución del proyecto siempre estuvo presente la dedicación y entusiasmo del P. Ambrosio García moreno.  

Al abrir  la preparatoria a la juventud potosina, ya no sería posible continuar realizando nuestra labor educativa en casas pequeñas, adaptadas y alquiladas. Había que lanzarse a algo más grande si se quería marchar al frente y no quedarse rezagados en la educación de la juventud. Se pensó así en un terreno grande a orillas de la ciudad.

La Sra. Anita Márquez de Carrera Torres, deseaba donar un terreno a una institución  religiosa para edificar una escuela. Acude a Sor Ma. del Socorro Ochoa y ésta le sugiere que vea a los padres Josefinos.

Establecida la relación con los Josefinos, la Sra. Anita les platicó los planes que tenía respecto a unos terrenos de su propiedad. Ella pertenecía a la cofradía  de San Vicente y había  comenzado a levantar una casa destinada a un albergue de ancianos pobres. Pero tenía el propósito de hacer algo más. Deseaba donar un terreno a una institución religiosa que se comprometiera a edificar una Iglesia, la casa de reposo para los ancianos  y una escuela en donde los alumnos recibieran educación cristiana. Los padres le contestaron que era difícil sostener una escuela del todo gratuita por lo elevado de los costos, pero que los Josefinos se podrían comprometer a construir las nuevas instalaciones  del Colegio Othón, que ya funcionaba en la ciudad y al mismo tiempo atender un número razonable de alumnos pobres.

La Sra. Anita aceptó la proposición y días después les mostró los terrenos de que disponía, se acordaron los límites  de la donación  y se hicieron  luego los trámites para escriturarlos. De esta manera ya los Josefinos poseían gran parte  del terreno donde actualmente se levanta el Instituto Manuel José Othón, con excepción de otras porciones de terreno que posteriormente se adquirieron.

 Al correr de los años el árbol siguió creciendo. Un edificio dedicado especialmente a la instrucción primaria, una cancha cubierta de pasto para el fútbol y otros eventos masivos, los patios deportivos cubiertos para mayor comodidad de los alumnos, las instalaciones de un jardín de niños moderno y con todo lo necesario para una mejor atención a los más pequeños,  y finalmente, la Universidad del Centro de México, institución de estudios superiores de carácter privado, fundada el 19 de marzo de 1985 concebida como una propuesta a las necesidades de continuar la formación de sus alumnos a nivel superior y proporcionar una nueva alternativa de estudios profesionales a la comunidad.

 

¡ADELANTE, ¡SIEMPRE ADELANTE, PUES LO QUIERE SAN JOSÉ!